El uso del cigarrillo electrónico continúa en franco ascenso

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El uso del cigarrillo electrónico continúa en franco ascenso

La preferencia por este dispositivo con respecto al cigarrillo tradicional viene dada porque se gana más salud, además implica un considerable ahorro de dinero al ser reutilizable

Las múltiples ventajas del cigarrillo electrónico en comparación con el convencional han hecho que su uso en España esté incrementándose considerablemente. De acuerdo a la Unión de Productores y Empresarios del Vapeo (UPEV) el comportamiento en cuanto al consumo hacía estimar que para el cierre de 2018 la facturación del sector del e-cigarrillo, como también se le conoce, sería de 75 millones de euros.

Ya para mediados del año pasado se había cuantificado en el país un ingreso de 37 millones de euros, lo que significó un aumento del 28 % con respecto al mismo período de 2017.

La organización señala además que siete de cada diez vapeadores han adoptado el uso de cigarrillos electrónicos, es decir, cambiaron el humo del tabaco por el vapor, incluso cuantificó, también a mediados de 2018, que 472.500 españoles utilizan los e-cigs (también así se le denominan) lo que equivale a la población actual de Murcia.

En el aumento en el uso del e-cigarette viene dado, en parte, porque el repunte que tiene en la población juvenil que generalmente se siente atraída por el diseño y los sabores variados que se pueden experimentar. También entre los adultos tiene acogida debido a que se presenta como una opción más saludable, incluso hay quienes lo toman como un trampolín para dejar de fumar.

¿Cómo es su funcionamiento?

El cigarrillo electrónico fue inventado en China en 2003 e introducido al mercado de ese país en 2004, expandiéndose su fabricación en todo el mundo. Ya para 2006 tenía presencia en Europa y Estados Unidos.

El dispositivo consta de una batería que aporta la energía necesaria para convertir en vapor la sustancia líquida que se le introduce. Al no haber combustión no se produce fuego, cenizas ni el desagradable humo del tabaco.

El e-cigs está compuesto de tres partes fundamentales; la batería de litio, el compartimento vaporizador y el cartucho recargable que contiene la sustancia conocida como e-líquido.

Los e-líquidos están compuestos de sustancias inocuas y no cancerígenas, lo que sí ocurre en los cigarrillos convencionales. Uno de sus componentes es el propilenglicol, el mismo aditivo utilizado en productos alimenticios y medicinas. También contiene glicerina vegetal, aromatizantes y sabores agradables como fresa, menta, frutas exóticas, mojito, frambuesa, vainilla, café, manzana, chocolate y muchos más. Además, en algunos casos, vienen con nicotina en distintos grados, pero hay sin este componente.

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Son predilectos por sus ventajas

El principal beneficio del cigarrillo electrónico es que es más saludable con respecto al convencional y la razón principal es que no contiene sustancias nocivas.

Además de ser más saludable para quien lo usa, este beneficio se extiende para su entorno ya que al no haber combustión no hay humo y esto significa que tanto el vapeador como quienes le rodean no consumirán las no menos 400 sustancias tóxicas y 40 cancerígenas que contiene un cigarrillo tradicional, al tiempo que se está protegiendo al medio ambiente.

Otra gran ventaja que se le atribuye al cigarrillo electrónico es el sustancial ahorro de dinero, toda vez que se trata de un dispositivo totalmente reutilizable, no como obviamente ocurre con los cigarrillos tradicionales.

También resulta bastante conveniente para aquellas personas que buscan evitar el mal olor que el humo del tabaco causa en la boca, manos y hasta en la ropa, que en muchos casos perjudica en algún grado la interacción social. Fumar tabaco además está asociado a problemas de dentadura amarillenta que causan mala impresión, lo cual no va a ocurrir nunca utilizando cigarrillos electrónicos.