Según Igor Orlov, gobernador de Arcángel (Arkhangelsk en ruso), ciudad en el norte de Rusia, un explosivo estalló en la entrada de la agencia de inteligencia de Rusia, provocando un muerto y tres heridos entretanto hospitalizados.
Se trataba de un ataque suicida con bomba, un joven de 17 años detonó un explosivo en el FSB (el edificio del Servicio Federal de Seguridad), principal agencia de inteligencia rusa.
Se piensa que el acto fue una reacción a la actual persecución de los activistas de izquierda por parte del Gobierno, pues unos minutos antes del suceso, apareció un mensaje en un canal de chat de la aplicación Telegram para anarquistas rusos en el que se leía:
“Camaradas, el edificio del FSB en Arcángel está a punto de sufrir un ataque terrorista, cuya responsabilidad me atribuyo. Las razones son perfectamente claras para todos. Como FSB ha cruzado la línea de m***da, fabricado casos y torturado personas, he decidido apoyarlos… ¡Les deseo un glorioso futuro anarcocomunista!”.
Un par de días después en Moscú, un adolescente de menor edad fue arrestado tras descubrirse un artefacto explosivo en su apartamento. Según la policía, este sospechoso había mantenido contacto con el suicida de Arcángel.
Durante más de un año, el FSB ha estado arrestando a activistas anarquistas y antifascistas como parte del caso “La Red”, grupo sospechoso de tener células en el país que planean ataques terroristas. Sin embargo, los «sospechosos» afirman que los acusan con cargos falsos por sus ideas izquierdistas, y denuncian torturas con bolsas plásticas y golpes con pistolas eléctricas y varas, además de confesiones forzadas.
El gobernador Orlov informó tras el ataque suicida a la agencia de inteligencia de Rusia de que las autoridades están reforzando las medidas de seguridad en todos los organismos públicos tras el ataque.