La declaración conjunta firmada por hoy, Kim Jong-un y Donald Trump bajo la cumbre prevista en Singapur , se centra en cuatro puntos: el compromiso de ambos países para establecer nuevas relaciones; la construcción de una paz duradera y estable en la Península Coreana; el compromiso de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) de trabajar por la total desnuclearización de la Península; el compromiso de ambos países de recuperar los restos de los prisioneros de guerra y de los desaparecidos en combate.
El texto, difundido por la Casa Blanca , toma el carácter histórico de la reunión, ya que es la primera cumbre entre los EE.UU. y Corea del Norte, y la importancia que esto tiene «para superar décadas de tensión y hostilidad entre los dos países.»
En el documento se dice que el «presidente Trump se ha comprometido a dar garantías de seguridad a la RPDC», aunque éstas no se especifican. A pesar de los compromisos asumidos por Kim en lo que se refiere a la desnuclearización, el anuncio de encuentros futuros, al más alto nivel, entre representantes de ambos países, y de las muchas sonrisas y saludos que se ven en las fotos e imágenes televisivas de la cumbre, en una conferencia de prensa de prensa posterior Donald Trump dejó en claro que las sanciones impuestas por Washington a Pyongyang no serán eliminados inmediatamente, y que las medidas coercitivas permanecerán en vigor hasta que la «desnuclearización total» de la RPDC.
Washington tampoco tiene intención de retirar sus tropas de la República de Corea. Sin embargo, Trump consideró que los ejercicios militares en la región serían una «provocación» a Pyongyang en plenas conversaciones, y dijo que serán suspendidos.
El presidente norteamericano dijo que seguirá discutiendo «los problemas existentes» con Kim Jong-un, habiendo invitado a este último a visitar la Casa Blanca. La respuesta fue positiva.